Durante sus inicios, en los años cuarenta y cincuenta, Kahn se concentró en la construcción residencial y en la planificación urbana. Pero fue a partir de 1960 cuando creció su popularidad gracias a sus obras institucionales: museos, laboratorios, edificios sagrados, una Universidad y un Parlamento.

Mientras al principio exploró las ideas del funcionalismo, a partir de mediados de los cuarenta, sus diseños mostraban cada vez más las influencias regionales inspiradas por las construcciones de los primeros colonos americanos o de los muebles de los Shaker (manufactura de muebles en madera de pino, sencillos y de líneas puras).
En la distribución de un hogar, estableció una estrecha relación entre la organización de una ciudad y la de una casa, equiparando el dormitorio con la zona residencial, la cocina con la zona industrial y los pasillos con calles.
Las casas unifamiliares de Kahn como la casa Esherick (1959-62), la Fisher (1960-67) o la Korman (1971-73) resaltan por su distribución de la luz, por la disposición rítmica de las fachadas y por la refinada combinación de la piedra natural, la madera y el vidrio, que requirieron la mayor precisión artesanal.
La naturaleza fue teniendo más importancia como contexto de sus obras, como es evidente en la planificación de jardines como extensión de la arquitectura.
Inspirado por una de sus parejas la arquitecta Anne Tyng, desarrolló un nuevo vocabulario arquitectónico con las estructuras geométricas, que corresponden a las formas identificadas en la investigación microbiológica como componentes de la vida. A este aporte, se añade otro que tiene que ver con un método nuevo para la construcción del cemento que desarrolló con el ingeniero August E. Komendant.
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